sábado, 28 de julio de 2012

Prologo.

-Deberíamos dejar de jugar ya con las vidas de esos humanos.La diversión termino hace mucho.

-Peroes tan agradable ver sus lágrimas de desesperación


-Déjalo ya,Kartins,ese dragoniano ya tiene demasiadas penas encima como para seguir torturándolo.

La dama de largos y rizados cabellos verdes se alejo con lentitud de la gota de agua que se mantenía suspendida en el aire, con una mirada de clara inconformidad en sus ojos rojos sangre. Ella se sentía viva cuando jugaba con el destino de la gente, sobretodo si era capaz de manipular este hasta convertirlo en un futuro lleno de muerte y desolación. Para su desgracia, sus compañeras no veían esa clase de destino tan hermoso como ella.

-Kurt,el destino se nos esta yendo de las manos

-¿Qué quieres decir,Calipso?-pregunto la mas joven de las tres damas, de apenas trece años y largos cabellos negros hasta el suelo, acercándose a la gota de agua, que con lentitud iba pasando del azul cielo al dorado oro.

-Alas blancascabellos negrosojos verdes

La única de las tres que mantenía los ojos concentrados en la gota simplemente se desmayo, dejando que sus cabellos blancos como la nieve se confundieran con el suelo y sus ojos azules se quedasen sin vida.

Las otras dos damas la miraron durante unos segundos antes de que el llanto de un bebe que provenía de la gota de agua las sacara de su ensoñación.

Esta ya no era azul brillante como las demás que decoraban el interior de la habitación, sino de un intenso color dorado que iluminaba todo el sombrío lugar.

El destino de quien pertenecía aquella gota de agua dorada, ya no era de Las Triada….
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-Empuja cariño. Vamos. Solo un empujón más.Mira… ¡es una niña!

-¿Niña?

La joven que estaba tumbada en la cama extendió sus brazos a la enfermera que mantenía entre los suyos un pequeño bulto tapado en una fina manta. Los cabellos cortos y castaños de la reciente madre, se pegaban a su frente por culpa del sudor, y su respiración alterada quedo en un segundo plano, al igual que su cansancio, cuando fue acomodado entre sus brazos el bebe que acababa de llegar al mundo después del esfuerzo de su madre por hacerlo nacer.

-Es preciosa.

-¡Y que cabellos mas negros!¡Hitomi,lo has hecho genial!

-Gracias mama.

La mujer de profundos ojos verdes sonrío a su madre y fijo sus ojos en la pequeña cara morena de la criatura entre sus brazos. Una lagrima salio de ellos cuando su mente evoco la imagen de la única persona que no conocía de la existencia de su hija.

-Hitomi,¿ya tienes un nombre?

-Ai,su nombre será Ai Kanzaki.

La pequeña abrió sus ojos al escuchar la voz de su madre diciendo su nombre y clavo las dos esmeraldas que era su mirada en la de su madre, fijamente. Poco después una risa de bebe se escucho en toda la habitación.

Un pequeño ángel acababa de llegar al mundo.

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